La Teoría parte de suponer que la inercia rotatoria es fundamentalmente diferente de la traslacional, por lo que discrimina entre ambos conceptos. La Teoría de Interacciones Dinámicas se fundamenta en la imposibilidad inercial de la materia, en determinados supuestos, de modificar su estado dinámico previo, en razón de su inercia, por lo que se propone el concepto de inercia rotacional, como una invariante de la masa. Las leyes de comportamiento resultantes se conciben como una negación de la naturaleza al acoplamiento selectivo y discriminante hasta ahora reconocido, y permiten concebir una Dinámica Rotacional de Interacciones para sistemas no inerciales, específicos y diferenciados, que incorpora las reacciones inerciales de la materia, en los cuerpos dotados de momento angular.
La incorporación de esta salvedad conceptual al pensamiento euleriano, permite proponer una nueva interpretación de las fuerzas de inercia, e incorporar a las fuerzas de inercia dentro de la estructura de la mecánica, y sugiere nuevas estructuras de pensamiento para la dinámica rotacional, diferentes a las aceptadas, hasta la fecha, para la mecánica traslacional.
Por ejemplo, puede llegar a deducirse que el centro de masas de un cuerpo puede modificar su trayectoria por efecto de fuerzas inerciales producidas por rotaciones, ya que el momento del centro de masa del sistema puede ser modificado mediante una variación del momento traslacional interno del sistema, pero también por variación del momento interno rotatorio del sistema.
Esto puede entenderse también, como la posible transferencia de energía cinética de rotación en energía cinética de traslación, y viceversa.