En los supuestos de movimientos acelerados, por ejemplo por rotaciones intrínsecas simultaneas del cuerpo en movimiento, pueden identificarse campos inerciales, generadores de fuerzas de inercia, creadas por el propio movimiento rotatorio. Estos campos inerciales, y esas fuerzas de inercia, no están identificados en las ecuaciones de la mecánica clásica.
En el texto de “El Vuelo del Bumerán” se plantean múltiples cuestiones y dudas, que para muchos autores de mecánica clásica históricamente han sido tratadas como paradójicas. Las nuevas hipótesis dinámicas que la Teoría de Interacciones Dinámicas sugiere podrían justificar estos comportamientos difícilmente resueltos hasta la fecha, abriendo un nuevo y amplio campo de investigación física, que podría ser abordado simplemente, con una nueva mentalidad inquisitiva y crítica.
Se proponen claves para interpretar con una visión diferente y renovada el comportamiento dinámico de las galaxias, la creación de los anillos de Saturno, las anomalías de las sondas Pioneer, la esencia de la materia oscura o la verdadera estructura del cosmos.
Y todo esto simplemente tras observar con una mirada nueva algo que hasta el momento parecía obvio. Tal y como afirma Gabriel Barceló, “al analizar las percepciones sensibles con otra nueva visión, pueden encontrarse claves de la ciencia que han permanecido invisibles para otros investigadores o expertos, incluso dotados de mejores recursos o medios más poderosos”.